La candidata de Unión Progreso y Democracia, Rosa Díez, es de armas tomar. Sino fuese así no se entendería el partido que ella misma fundó en el 2007 junto al catedrático y expresidente del Foro de Ermua Mikel Buesa y los filósofos Fernando Savater y Carlos Martínez Gorriarán. UPyD busca posicionarse como alternativa al bipartidismo existente en el Congreso de los Diputados entre el PSOE y el PP -puede que por eso el color de la formación sea el magenta, entre el rojo socialista y el azul de los populares-. Ante un momento de desafección política, Díez quiere recoger el voto de los descontentos con los dos grandes partidos; su slogan de campaña lo dice bien claro: cada voto vale. Así se refirió el pasado jueves por la noche cuando la candidata pidió a los ciudadanos que confien en su formación el próximo 20N para lograr romper el “eterno empate a cero” que representan PSOE y PP, a los que calificó como los partidos “viejos”, y terminar así con la “mediocridad” gracias a una formación nacional “que defiende el interés general de todos los españoles”.
Rosa Díez ha encontrado su lugar en la política española cuando parecía imposible. Desde 1977 que empezó con los socialistas vascos ha ocupado diferentes cargos como el de consejera de Turismo del Gobierno vasco (1991-1998) y eurodiputada (1999-2007). Durante esos años ya demostró su interés en liderar un partido al presentarse a las primarias del PSE en 1988 y, posteriormente, en el 2000 a las del PSOE donde salió elegido Rodríguez Zapatero. El 2007 rompió su relación con los socialistas y creó UPyD para defender mejor las ideas en las que creía, según explicó ella misma. Desde entonces que ha liderado el partido sin dejar torcer su mano ante nadie. Por ese motivo ha provocado alguna que otra crisis interna, hasta tal punto que el mismo Mikel Buesa, cofundador del partido junto a Díez, tuvo que marcharse. Así, a fecha de hoy no se puede entender Unión Progreso y Democracia sin Rosa Díez, ni Rosa Díez sin UPyD.
En las pasadas Generales, el partido consiguió su primer diputado en la cámara baja. Las elecciones municipales del 22 de marzo lo convertía en la quinta fuerza con 152 concejales en toda España. Y en estos comicios, según el CIS, pasarán de uno a tres representantes. Es una buena época para Rosa Díez, sin duda. El malestar general de los ciudadanos con la política y la falta de liderazgo de los partidos mayoritarios da aire a una formación como UPyD. Díez ha sabido buscar su hueco en la política española con un discurso nacional – que no nacionalista-, progresista y transversal. Uno de sus principales objetivos para la próxima legislatura es cambiar la ley electoral y conseguir que Sanidad y Educación sean competencias del Estado para mejorar la competitividad y calidad del país. Estas dos condiciones serán claves para llegar a pactos con el nuevo gobierno.
La candidata de UPyD ha sabido rodearse de caras conocidas para vender su partido y conseguir la confianza de aquellos indecisos descontentos con el PSOE y el PP. Así, el actor Toni Cantó encabeza la lista en Valencia y lidera, junto a Rosa Díez, la alternativa al bipartidismo. Con un presupuesto para la campaña muy humilde, la formación sabe jugar con los medios 2.0 y crear el mensaje preciso para ocupar páginas en los periódicos. Sobretodo en El Mundo, donde se han unido los intereses de su director, Pedro J. Ramírez, para mover los hilos de la política desde un despacho, y los de la propia Díez que ha conseguido un buen altavoz para lanzar sus mensajes. Tendremos que ver el resultado de UPyD en las Generales, ya no de este año, sino de los próximos para saber si el partido es una burbuja de aire o realmente consigue posicionarse firmemente en el panorama político español.