Todo nuevo gobierno tiene 100 días de gracia para definir el rumbo que debe tomar su país. Un tiempo de adaptación para conocer y decidir las primeras medidas que marcarán el carácter del ejecutivo. Según los historiadores, este margen de días se remonta al New Deal del Presidente Franklin D. Roosevelt en 1933, cuando creó un plan de choque ante la Gran Depresión de Estados Unidos. Desde entonces, se ha convertido en una tradición para los medios de comunicación, que lo han ido siguiendo muy atentamente. Sobretodo, esto tiene sentido cuando un partido político deja la oposición para gobernar, un plazo de tiempo en que es primordial la comunicación para transmitir confianza y liderazgo. Mariano Rajoy está en una situación parecida a la de Roosevelt, porqué tendrá que hacer frente a la peor crisis económica y financiera de las últimas décadas. El 21 de diciembre Rajoy tomará posesión como Presidente del Gobierno, en sus primeros días tiene mucho trabajo acumulado por el anterior ejecutivo qué hacer. Lo más difícil será convencer a los mercados, la Unión Europea y a sus ciudadanos de las medidas que ejecute.
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Repasando los primeros 100 días de algunos presidentes norteamericanos, encontramos que el carácter de la persona ha marcado las resoluciones que han caracterizado sus legislaturas. En 1961, el demócrata John F. Kennedy hizo un discurso inaugural muy carismático con menciones a los derechos civiles; era de esos políticos que decían una cosa y después hacían otra. Durante esos primeros días, reconoció una mentira que dijo en campaña sobre que su antecesor Eisenhower era el responsable que la URSS tuviese más poder nuclear. De las determinaciones que tomó, destacan la fracasada invasión de Bahía de Cochinos, que dio más aire al comunismo Cubano, y la recuperación del programa espacial para enviar el primer humano fuera de la tierra. En 1980, el republicano Ronald Reagan empezó su legislatura con un golpe de efecto magistral: mientras estaba pronunciando el discurso de investidura, eran liberados los rehenes que llevaban secuestrados más de un año en Irán. Además, la época en que gobernó Reagan también estaba marcada por una crisis económica, por eso su primer acto oficial fue terminar con el control de precios del petróleo, seguido por liderar otras medidas económicas conocidas como Reaganomics.
En España, cuando en 1982 Felipe González ganó sus primeros comicios se encontró con un panorama económico complicado, por lo que tuvo que activar decisiones urgentes, como la jornada laboral de cuarenta horas semanales y un plan de ajustes duro. Después de cuatro legislaturas, González perdió las elecciones en 1996, entonces llegó José María Aznar. Su primera resolución fue recortar el presupuesto general en 200.000 millones de pesetas, una primera medida que buscaba cumplir con los criterios exigidos por Maastricht, para poder entrar en el euro. Ese año también presentó una amplia propuesta para privatizar empresas y anunció el final del servicio militar obligatorio. Más recientemente, en 2004, José Luis Rodríguez Zapatero cumplió la promesa electoral estrella de retirar las tropas de Irak, que causó una relación pésima con los Estados Unidos de George W. Bush, y que no se recondució hasta que llegó Barack Obama. Precisamente, Obama en sus primeros días en el cargo escenificó con una signatura el cierre de la prisión de Guantánamo, una medida que rompía con las políticas de Bush, pero que aún no ha llegado a cumplirse del todo.
En las próximas semanas veremos cuales son los pasos que da Mariano Rajoy cuando haya tomado posesión como Presidente de España. De las elecciones a los 100 días ya ha tenido que ponerse en el cargo oficiosamente debido a la crisis. Como me refería anteriormente, tiene un papel muy similar al de Roosevelt y al de otros presidentes que tuvieron que presentar un plan de austeridad de manera inmediata. Por lo poco que ha trascendido de su hoja de ruta, sabemos que habrá una contención del gasto público, también que abrirá el mercado a la libre circulación de bienes y servicios, reducirá la burocracia para que en el menor tiempo posible se puedan crear empresas,… todo para reactivar la economía y cumplir con las exigencias de los mercados. Rajoy tiene unos años muy complicados, por no hablar de los primeros meses. Tendrá que tomar decisiones duras e impopulares que le pueden desgastar tanto como para no ganar en las próximas Elecciones Generales. Pero si consigue reconducir la situación y reducir el paro, conseguirá salir muy reforzado y, seguramente, con la posible victoria de los comicios debajo del brazo.
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