La imagen corporativa es todo lo que el público tiene en su mente respecto una empresa. Me explico. A través de las percepciones, experiencias e inputs, el público de una compañía se hace un esquema mental para identificar y diferenciar a esa empresa de las demás. Por lo tanto, es la idea global que tienen sobre los productos, las actividades y la conducta corporativa. El público crea una imagen concreta de cada organización a partir de la acumulación de información, ya sea enviada consciente o inconscientemente por la empresa. Cuántas veces os habéis creado una imagen de un restaurante equivocada, sólo con pasar por delante y ver la entrada. ¿Parecía bueno y no lo fue? O al revés. Cuando entrasteis y os convertisteis en clientes, pudisteis experimentar y conocer su calidad, confort, precio, servicio,… y salisteis con una idea más real de la imagen corporativa.
Para hacer la estrategia de comunicación de una empresa es relevante saber cual es su imagen corporativa. Una buena imagen te permitirá:
– Estar en la mente de tu público que te recordará como referencia en el sector.
– Vender más. Aumentará la decisión de compra al dar a tus clientes más información sobre tu producto/servicio.
– Vender mejor. Con una buena imagen podrás aumentar el margen de beneficio.
– Que la compra sea elegida previamente al punto de venta. Por lo tanto, el distribuidor pierde poder y tu ganas.
– Diferenciarte de la competencia, facilitando a través de una identidad propia el valor de tu producto/servicio.
– Tener buenos trabajadores. Una compañía con una buena imagen corporativa es muy atractiva para trabajar.
– Atraer mejores inversores porqué les transmitirás más confianza.
La imagen corporativa es fundamental para una empresa, hay que cuidarla y tenerla muy en cuenta. Por eso, las decisiones sobre la imagen e identidad corporativas deben implicar las altas esferas de la organización, porque tienen que decidir hacia dónde va la compañía y cuál es la dirección a seguir para lograr los objetivos.
