En unas elecciones, el candidato es la pieza más importante de todo el engranaje comunicativo, sobre todo si es de ámbito municipal. El ser humano busca a otros seres iguales, nos identificamos en afinidades personales. Esto explica que el efecto personal es una parte destacada de unos comicios.
El perfil del candidato debe ser de liderazgo, por encima de cualquier otro. Lo que significa que sabe lo que es la política en su esencia de servicio a la comunidad, es asertivo en su relación con la gente, escucha y transmite credibilidad. Además debe activar y aprovechar todas sus redes para darse a conocer y conseguir la confianza del electorado.
[Tweet “El candidato debe ser asertivo y transmitir unos valores.”]
Para que el candidato pueda ser reconocido debe esforzarse en proyectar una personalidad determinada, aprovechando cualquier acción de comunicación (oral, escrita, visual, etc.) para reforzar los puntos fuertes -escogiendo esos que más le servirán para esta misión- y mirando de eliminar aquellos puntos débiles que destrozarían su función como candidato.
Cuando el candidato se presenta a la sociedad, ésta querrá saber quién es, cómo es, qué piensa,… por esto es interesante explicar cuáles son sus valores y los vaya transmitiendo siempre, tanto de palabra como con hechos. Éstos son algunos de los valores relevantes actualmente:
a) Honestidad: el electorado lo valora ahora más que nunca por los repetidos casos de corrupción que están saliendo a la luz pública.
b) Servicio a la comunidad: liderar significa servir, ser capaz de obtener la mayor esplendor de una colectividad, esforzarnos en ella al máximo.
c) Responsabilidad: debe ser consciente de la responsabilidad que ocupa y tener autocontrol en sus intereses personales.
d) Escuchar: la razón de ser de una propuesta electoral es la ciudadanía, cada escucha es un tesoro de información para hacer crecer y modelar la visión del equipo del candidato.
e) Sensatez: para explicar la verdad de las cosas y no decir a todo que sí cuando no puede ser.
f) Amabilidad: debe mostrar un talante cordial y dinámico en todas sus relaciones.
g) Proximidad: la política de despachos se ha acabado. Ahora la gente pide opinar y participar. Un candidato cuanto más próximo es con su electorado, más posibilidades tiene de ganar.
Por otro lado, un aspecto que no hay que olvidar es el del aspecto del candidato ahora que vivimos en la era de la imagen. La persona candidata debe mostrar la mejor versión de ella misma. Siempre, con una imagen normal, que la acerque con su electorado. Teniendo presente que procurará gustar a sus interlocutores sin perder su esencia.
Finalmente, la persona candidata a liderar una lista electoral debe saber qué es la política y haber tenido alguna experiencia -por poca que sea- en este mundo. Aunque es interesante dar el número 1 de la candidatura a un independiente, éste no puede olvidar que representa unas siglas con unos militantes y simpatizantes a su favor.