Obama por la reelección

El Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, tampoco se escapa de la crisis económica. Tanto él como su gobierno pueden pasarlo mal en las elecciones presidenciales que se celebrarán dentro de un año. Hasta ahora todos los países europeos, a excepción de Estonia, no han podido mantener el mismo ejecutivo después de pasar por las urnas. La situación es difícil para cualquier mandatario, ni Obama podría librarse. En contra, tiene la dura oposición del Congreso estadounidense a sus políticas para crear empleo, y la desilusión generada después de no cumplir lo que prometió que haría y no ha hecho, como cerrar la prisión de Guantánamo. Como punto a favor, tiene la ventaja de ser el único candidato del Partido Demócrata en la carrera hacia la Casa Blanca.

El Partido Republicano aún no tiene elegido a su candidato para competir con Obama en las presidenciales. Esto puede jugar a favor del demócrata si consigue recuperar el liderazgo de los primeros años de legislatura. Sale con ventaja al ser el Presidente de los Estados Unidos, pero en desventaja por ser el jefe del actual gobierno. Al haber mayoría republicana en el Congreso, su ejecutivo se ha encontrado con un elemento difícil de lidiar. La cámara de representantes ha sido incapaz de llegar a un acuerdo para sacar adelante el plan de recortes para frenar el déficit, además ha bloqueado el plan de empleo con el que el presidente ha recorrido todos los estados para presentarlo. Ante la dura oposición, los norteamericanos se acercan a la recesión y podrían salir malparados, todo porqué los dos partidos son incapaces de llegar a un acuerdo. En este punto es cuando ha salido Obama con un mensaje crítico hacia el Congreso llamándolo “vago” por no querer solucionar los problemas del país. Una buena estrategia inspirada en Harry Truman que le hizo ganar, cuando en 1948 hizo campaña contra el do-nothing Congress por vetarle las iniciativas legislativas.

Las elecciones para un candidato en el gobierno no son fáciles, es verdad que tiene una popularidad mucho mayor que cualquier contrincante, pero también tiene mayor desgaste. El Partido Demócrata no podrá ganar la reelección con las mismas armas que empleó en 2008, el contexto económico y los votantes estratégicos que le dieron la victoria, seguramente, no volverán a respaldarlo como antes. Eso no significa olvidarse de ellos, será importante que incorpore más medidas socialdemócratas. Però para no perder terreno, Obama tendrá que hacerse también con una parte del discurso republicano y conseguir robarle esos votantes más blandos. Como explica Richard Ford en su reportaje publicado en 2009 sobre el Presidente Obama, Estados Unidos, con la victoria del actual mandatario, recuperó el orgullo de muchos ciudadanos que ya no encontraban sentido a su vida en ese país.

Barack Obama no puede permitir que se le recuerde por el candidato de la promesa, la ilusión y el orgullo, pero el presidente del desengaño. Su imagen personal ya ha llegado a posicionarse como un referente de la historia, como en su momento quedó la fotografía del Che Guevara o el retrato que hizo Warhol de Liz Taylor. El año que queda para los comicios no se esperan grandes cambios, ni la aprovación de ninguna propuesta en el Congreso que provenga de la Casa Blanca; el equipo electoral del presidente ya puede definir los mensajes para recuperar la confianza entre su electorado y se movilize a votarle. De momento, tiene un cierto margen de libertad al no existir un adversario republicano claro. Después del supermartes de las primarias del Partido Republicano, fechado para el 6 de marzo, empezará la precampaña más dura.

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